Entre Falta y Pasa
Ahora que viene el buen tiempo, quiero aprovechar para hablar de
un deporte practicado en Paracuellos de Jarama desde tiempo inmemorial. Un espacio
deportivo donde se pueden observar las leyes de Newton.
El frontón y el juego de Pelota estuvo presente en Paracuellos cuanto menos dos
siglos y gracias a la familia García podemos hacer esta entrada y rescatarlo
del olvido.
El deporte de pelota se ha practicado
desde tiempos de Grecia, siendo habitual el juego en Castilla durante la edad media.
Nos contaba Julio Pereda en su blog
de Ajalvir, que en 1655 se prohíbe jugar a pelota dentro del cementerio. Desde
entonces el frontón, con el paso del tiempo, toma distintos derroteros. En
Castilla se juega utilizando los atrios de las iglesias con una única pared
frontal o frontis donde choca la pelota, en el País Vasco – Navarra se le añade
una pared en el lado izquierdo dando más variedad de juego conocido como el
juego de pelota vasca y en el Reino
de Valencia se juega en trinquetes dando lugar a la pelota valenciana. Con el tiempo el juego de pelota perdía
popularidad, hasta que en los inicios del siglo XIX empieza a practicarlo la
aristocracia, en sus veraneos en Donostia. La practica es recomendada por la
clase social gracias a sus efectos en el cuerpo como son la fuerza, ligereza y robustez.
Así pues entre la alta sociedad y la comunidad vasca afincada en Madrid, se empiezan a construir frontones industriales con
capacidad para 4.000 espectadores.
Paracuellos no es ajeno a esta corriente,
y es entonces, cuando los vecinos piden al ayuntamiento poder utilizar, como en
otros muchos pueblos, la parte posterior de la Iglesia de San Vicente como
frontis. El 3 de abril de 1845 los
jóvenes José Sánchez, Andrés Díaz, Agapito del Campo, Máximo Aresté, Nicolás
Herreros y Lázaro de la Plaza, redactaron un carta solicitando al Ayuntamiento
su uso y disfrute: Mediante no haber donde divertirse para poder jugar a la
Pelota en esta población. Solicitamos (si usted tiene por conveniente) en el
Frontón del saliente en la Fabrica de esta Parroquia, siendo de nuestro cargo
los gastos de la fachada y solar. Unos días después, el alcalde D. Hilarión
Moratilla y el resto de la corporación municipal concedieron autorización para
su uso, pero dejando claro que debían adoptar cuantas providencias para
evitar el escándalo y daño que pudiera ocasionalmente mediante la proximidad al
templo Parroquial. Para ello se
ponen manos a la obra para aprovechar el grueso muro de la trasera de la
iglesia, tapian las ventanas, colocan una chapa, allanan el terreno y colocan
dos hileras de piedras para delimitar la cancha. Transforman así el lugar en un
frontón castellano, para practicar en deporte en auge en la provincia de
Madrid. Se prohibió desde entonces su uso las horas que había misa,
especialmente los domingos, porque al golpear la pelota en la chapa de línea de
separación no se escuchaba al párroco.
En el siglo XX, los frontones madrileños
empiezan a morir de éxito, el numero de frontones en Madrid es excesivo, con
sesiones casi a diario, donde se apuestan hasta el sombrero. La puntilla final
se la da la Guerra Civil. Además aparecen nuevos deportes importados de
Inglaterra, como el tenis, el velocípedo, el futbol, que poco a poco van
ganando adeptos, pero Paracuellos además de incluirlos en su ocio, sigue
practicando el deporte de Pelota. El juego habitual en nuestro municipio es el de pelota mano. Encontramos en estos lares, que por aquel entonces contaba con grandes pelotaris locales, como
el famoso Ernesto (tío del pelotari Francisco García el Barcelona) que le daba tiempo a dar a la pelota, ir al lateral a mojarse
la mano y volver a golpear a la pelota. Este gran pelotari ganó una partida en
Alcalá de Henares borracho perdido. Cuentan que a mediados del siglo pasado
golpeó una piedra desde el principio del pueblo y la paso por encima del
campanario. Los pelotaris contemporáneos a Ernesto fueron vecinos conocidos en
la cancha como Francisco García el
Barcelona, Geñete, Tío Cá (que se mordía la mano cuando perdía el punto), Juan el
pájaro, Mateo Domínguez, El pollo,
Daniel Díaz, Eugenio y Ricardo Aresté, los cuales se pasaban las horas de ocio jugando. Estos
jugaban con devoción, por el simple juego, donde el honor se jugaba en la chancha,
además de el vino que compraban antes del partido o apostando frasquillas de
vino de la taberna de casa de la tía Tomasa.
Ya en los años 60 el párroco D. Francisco no dejaba jugar a los niños de la escuela en el frontón. Posteriormente en los años 80 se
restaura la iglesia, por lo cual se recupera la fachada posterior y se vuelven
a descubrir las ventanas, desapareciendo así el lugar habitual para practicar
el deporte. A esto se une el cierre de la sala de baile de la calle Real. Así
que, Francisco García, en su afán por seguir practicando el noble juego de
pelota vasca, construye y abre al publico el Frontón García en 1967. Situado en
la calle Real, donde hoy hay un bar con el mismo nombre, contaba con una pista
de 30 metros, con algo de pendiente, descubierto, este frontón vasco tiene
además una zona de bar cubierto a la derecha del recinto. Solo se juega a pelota
mano. El relevo a los anteriores pelotaris, se produce en la cancha de los
García, donde una generación de jóvenes que practicaron este deporte incluso
compitiendo a nivel nacional, en las nuevas instalaciones del frontón García.
Nombres como Fructuoso Martínez José el
gordo, Salamanca Palomero,
Carlos Ayuso, Luis Lorenzo o Luisete, Paco García
el Barcelona, Felipe El Pela, Emiliano
López, Alfonso Lorenzo, Mariano Lorenzo (Manín), Juanín, León
García y Eugenio Aresté, hicieron las delicias de los que se acercaban a verlos
en las gradas del recinto. León García, Eugenio Aresté y Felipe El Pela viajan a Bilbao en 1970 para
jugar el campeonato de España.
Además vienen a disfrutar de las
instalaciones de los García, distintos jugadores de otros lugares de la
provincia de Madrid y del resto del territorio nacional. Estos son Casado y Miguelin, ambos campeones de España de pelota mano, habituales de
la cancha cada quince días. Les solía acompañar El capi (capitán del ejercito retirado) manco de la mano derecha,
por lo que jugaba a izquierdas. También frecuentaban el frontón Mielero, un vendedor de miel de Alovera
(Guadalajara), Baracaldo (Colmenar Viejo)
y Germán. Durante las fiestas
patronales se hacía un campeonato donde se daban trofeos, como podemos observar
en la siguiente fotografía donde se puede apreciar de izquierda a derecha a
Francisco García el Barcelona, Eugenio Aresté Geñete, y Francisco Romero (Paco del estanco) a principios de los años 70 del anterior siglo.
Con su cierre en 1990, se
acabó toda una tradición de pelota vasca en el municipio. Al construir el
polideportivo en el año 2002, se construye un nuevo frontón de 36 metros, pero
ahora la modalidad que se practica es el llamado frontenis, que cuenta
con club deportivo. Llevan años intentando cerrar el recinto deportivo, pero
parece que se retrasa. En el año 2005 y a través de la Concejalía de
Deportes del Ayuntamiento de Paracuellos se contrató a un jugador de
división de honor para que impartiera clases de frontenis, entonces la
escuela, contaba con 12 jugadores aproximadamente. Compiten en segunda y
tercera categoría.
Ojalá continúen con el juego del frontenis mucho
tiempo, y ¿por qué no? volver a ver jugar a los vecinos a la pelota vasca.
El Z. Punta.
Bibliografía y recursos de
internet:
- NÁJERA MARTÍNEZ, J.;
YUSTE RICOTE, L. (2016): Historias de Paracuellos de Jarama.
- RAMOS ALTAMIRA, I. (2013): Frontones madrileños: auge y
caída de la pelota vasca en Madrid. Ediciones La Librería.
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