Vuelta a…

Hay muchas formas de volver, y muchas vueltas nos da la vida. Este es un año que se ha empeñado en demostrarnos que no somos más que un hecho biológico, motivo por el cual es mas importante que nunca protegernos para proteger a los demás. En este momento raro, hay que aparcar el tipo de vida que nos ha conducido hasta aquí y refugiarnos en placeres como una sencilla vuelta por el municipio, observando lo que paracuellenses de otros tiempos y épocas nos han dejado como legado.

Hace un año que comenzó la concejalía de turismo, para ese arranque nos convocaron a una reunión a distintas organizaciones culturales del municipio, así como a los cronistas oficiales. El grupo de montaña Amadablan tenía en marcha la red de senderos, así que se intentaba poner en marcha una ruta urbana. En octubre nos pidieron realizar unos textos para hacer un tríptico con los sitios de interés. En noviembre corría mucha prisa para sacar el tríptico en diciembre o primeros de este 2020. En febrero última reunión se nos informa que va a ser un cuadernillo de 7 páginas. Es esta la última reunión, de la que no tenemos el acta, y desde entonces no se ha vuelto a convocar a la cada vez más, paupérrima mesa de turismo.

Así que como el trabajo ya está hecho por nuestra parte, creemos conveniente ponerlo a disposición de los vecinos. Espero que disfruten de nuestros “monumentos y sitios de interés municipal”, el paseo comenzaría en la Plaza de la Constitución, para continuar por la Calle Chorrillo Alta hasta el Picón del cura, y volver sobre nuestros pasos a la Calle Real para luego bajar por el Espacio Protegido el Chorrillo hasta el cerro del Castillo de Paracuellos de Jarama.


 

Paracuellos de Jarama, un apunte histórico.

               Nuestro municipio ha sido habitado por distintas especies del género homo desde el paleolítico. Es en las edades de los metales cuando la presencia se intensifica, y una vez romanizada la zona formaba parte del ager complutense en época romana, probablemente en forma de pagus, del cual posiblemente tome su nombre.

               Pero no es hasta el siglo IX cuando empieza a tomar el carácter de población. Es en época emiral, cuando se crea el Castillo de Paracuellos de Jarama, en el cerro con el mismo nombre, creciendo bajo él la población original de Paracuellos. En ese enclave, hoy destruido por la construcción de un circuito de Moto Cross, vivieron los paracuellenses hasta el siglo XIV, momento en el que la Orden de Santiago vende la villa y castillo a Ares Pardo, decidiendo el traslado de la población al enclave actual.

               Como veremos en este tríptico, de los primeros momentos nos queda como ejemplo de ese momento un patrimonio en forma de Palacio e Iglesia. En estos 500 años que llevamos viviendo en el enclave actual, un pequeño patrimonio fue uniéndose al creado por los Señores Ares Pardo y Luisa de la Cerda. Podrán disfrutar de la Casa Grande, el ayuntamiento, las distintas fuentes… sin olvidarse de las espectaculares vistas, que, especialmente en el ocaso, nos deja un recuerdo visual inolvidable.

El Ayuntamiento o Casa Consistorial

Inaugurado con gran solemnidad el 8 de abril de 1928 como Ayuntamiento y Escuelas de primeras letras. Asistieron al acto el cura párroco; alcalde D. Jesús Domínguez; maestra de instrucción primaria, doña Escolástica Riera; maestro, D. Buenaventura Puerta; inspector provincial de Escuelas, Sr. Linares Becerra, el gobernador de la provincia, Sr. Martín Álvarez, el arquitecto D. Julián de Sáez Iturralde, así como toda la corporación municipal, autoridades militares y multitud de vecinos.



Consta de dos plantas, y comprende veintisiete metros setenta centímetros de línea por diez metros y cuarenta centímetros de fondo. Inicialmente se distribuyeron las dependencias municipales en el centro (despachos, salón de plenos, sala de juzgados…) además de las aulas del colegio público; el ala derecha para los niños y la habitación del profesor, y el izquierdo para las niñas y la habitación para la profesora. Uno de los adornos más importantes con que fue dotado el nuevo Ayuntamiento fue el gran reloj de la fachada exterior. Comprado a la casa de Relojes Públicos Blasco y Liza de la localidad tarraconense de Roquetas.          

La importancia del edificio radica en que, fue la primera vez que un alcalde de Paracuellos se atrevió a soñar a lo grande y decidió asumir la construcción y la totalidad del gasto, que ascendió a 47.600 pesetas. Una cantidad muy importante para la época y por la que se tuvo que pedir un préstamo bancario. El alcalde D. Jesús Domínguez Muñoz (1876-1952) quiso hacer de su pueblo un pueblo moderno y dotarlo de las infraestructuras necesarias. La primera fue el ayuntamiento-escuelas, pero también planificó otras como un matadero municipal, un instituto de enseñas superior, un hotel, etc. pero no lo pudo acometer por falta de apoyo.

Iglesia san Vicente Mártir.

               La iglesia de san Vicente, de estilo barroco tardío, es testigo diario de la vida de Paracuellos de Jarama desde hace más de 400 años, y tuvo que ser remodelada en 1986 por su continuado deterioro. Su construcción, según reza en una piedra de granito en la fachada sur, comenzó en 1587 siendo su comitente el Mariscal de Castilla D. Ares Pardo Tavera, como atestigua el escudo de armas de este que acompaña la parte superior de la portada de arco de medio punto de la puerta lateral. El templo comenzó a construirse tras el traslado de la población desde las faldas del Castillo de Paracuellos (también llamado Mal Sobaco) al que hoy es el casco urbano.


 

               Es una construcción exenta, de planta rectangular, ejecutada mediante muros de carga de ladrillo y cajones de mampostería. Consta de tres naves separadas por pilares y arcos de medio punto, cubierta la central con bóveda de cañón con lunetos, mientras que las laterales presentan bóveda de arista.

               Actualmente tiene un retablo pintado porque el original fue totalmente destruido durante la Guerra Civil. Testigo de ello es la figura mutilada y descabezada situada en la parte superior de la puerta lateral. El retablo original fue construido por el ensamblador y arquitecto de retablos Mateo González, tras su aprobación por Juan Pardo Tavera en 1608. Estaba decorado con cuadros del pintor toledano Pedro López, discípulo de El Greco, con pinturas del “Martirio de san Vicente”, la “anunciación” y el “Nacimiento del niño Jesús”. Además, contaba con un altar para el Santísimo Cristo de la Salud, la Virgen de la Ribera, San José, las Ánimas, el santo Cristo de la Torre, san Isidoro y la Virgen del Rosario. Las imágenes actuales son contemporáneas del Taller de Olot.

               Estos altares eran atendidos por las diferentes cofradías, motores importantes de la vida socioeconómica paracuellense a lo largo de los siglos. De todas ellas, solo sobrevive La muy devota y humilde congregación del Santísimo Cristo de la Salud y San Nicolás de Bari, creada en 1751, y que colabora activamente en las fiestas patronales. Esta cofradía donó en diciembre de 2004 el carillón que corona el campanario de la torre lateral del templo.

La Casa Grande

La Casa Grande de Paracuellos fue construida a finales del siglo XVIII por la familia Meco Moratilla, aunque se desconoce su fecha exacta. Se halla situada en lo que en su día fue el extremo norte del casco urbano, ocupando una amplia parcela de forma sensiblemente regular.


 

En origen se trataba de un conjunto de edificios, de distintas épocas, formado por una construcción de dos plantas dedicada a vivienda y distintas naves de una sola altura. El edificio presentaba en planta, un trazado en forma de “U”. El acceso principal se producía a través de un amplio jardín, al fondo del cual se disponían dos edificaciones: la vivienda propiamente dicha y una nave agrícola. Se corona el conjunto con alero de ladrillo.

Por la especial forma de los dinteles de las ventanas de esta Casa Grande, de estilo herreriano, el maestro de obras podría haber sido D. Feliciano Conejo, pues son similares a las de la iglesia de Daganzo y Ajalvir, que salieron también de sus manos, y que residió en Paracuellos entre los años 1785 y 1793. Un elemento a destacar junto a las ventanas es la rejería de forja, pues mantiene la original.

Vivió en esta Casa Grande Doña Antonia Herranz (1857-1929), la filantrópica vecina que ostenta el título de Hija Predilecta de Paracuellos desde 1924, por sus aportaciones económicas para dotar la escuela de material, así como para la construcción de la Fuente de la Salud, entre otras. Desde entonces la calle donde vivía recibió su nombre.

En 1991 se llevó a cabo el proyecto de restauración y adecuación del edificio para convertirlo en Centro de Salud, gracias al empeño del consistorio para no ser demolido.

Picón del cura

También llamado recientemente como El balcón de Madrid, por ser estas las vistas más impresionantes del skyline de la capital. En día claro, es fácil divisar también municipios como San Sebastián de los Reyes, Alcobendas, Colada o San Fernando de Henares. 


 

En la parte inferior derecha, se encuentra una enorme cruz blanca dibujada sobre un cerro. El cerro se llama de San Miguel, y justo a su falda, se encuentra el cementerio de los Mártires de Paracuellos, donde fueron fusiladas cerca de 4.000 personas a lo largo de noviembre y primeros de diciembre de 1936.

En el centro del mirador se encuentra una enorme escultora, obra de D. Miguel Alaminos, y es una alegoría al trabajo. Terminada en julio de 2004 fue donada por AENA como compensación por las obras del aeropuerto.

El origen del nombre del Picón del Cura no está del todo claro, si bien la más aceptada es la de que en 1860 un afamado autor costumbrista D. Antonio de Trueba, escribió un libro titulado: “Cuentos campesinos “y para ello, se dedicó a visitar los pueblos de los alrededores de Madrid. Donde fue recopilando historias, hechos, anécdotas y chascarrillos que circulaban por tradición oral.  La historia que recogió de nuestro pueblo está incluida en un capítulo bajo el nombre de: “El Cura de Paracuellos” que cuenta que había un cura en Paracuellos que le gustaba torear. Y no sólo en su pueblo, sino en todas las ferias taurinas de la Comarca. Hecho que debió ser conocido por las autoridades eclesiásticas, que le amenazaron con la excomunión si seguía toreando. Y que provocó que se dedicara a reflexionar sobre todo esto en un cerro a las afueras del pueblo que pasó a denominarse El Picón del Cura.

Palacio de los duques de Medinaceli.

               Probablemente es el edificio más monumental de Paracuellos, y su construcción fue uno de los motivos por los que el núcleo poblacional de Paracuellos, originalmente situado a las faldas del Castillo de Paracuellos de Jarama, se encuentre en su situación actual.


               Es de estilo herreriano y ha sufrido varias remodelaciones a lo largo del tiempo. En su fachada principal se puede observar el escudo de los Medinaceli. El edificio de dos plantas se desarrolla sobre un monumental patio central castellano, en el cual se puede observar los escudos del Cardenal Tavera, del que se cree que fue propietario hasta que su sobrino Ares Pardo Saavedra, compró la encomienda de Paracuellos a Carlos I tras obtenerla de la Orden de Santiago, creando así su primer Señorío.

               Construido a principios de siglo XVI, primeramente, como edificio administrativo o casa señorial de la encomienda, y posteriormente como edificio central del Señorío de Paracuellos. Ares Pardo además de terminar su construcción, mandó que se edificara frente a este monumento la desparecida iglesia de Santa Ana, delante del espacio que actualmente ocupa “la casa del guarda”, del que su señora Luisa de la Cerda era muy devota.

               Durante el siglo XIX el palacio fue utilizado como residencia para fines cinegéticos, dada la abundancia de caza de la comarca. No hay demasiadas menciones de este palacio desde su construcción, pero sí del poco uso que tenía en el siglo XIX pues se dice de él que se distingue no tanto por su arte como por sus comodidades... y a principios del Siglo XX se confirmaba su deterioro: guarida de aves nocturnas, está bastante deteriorado. También se referían a que sólo era utilizado en ocasiones especiales por el duque: En él se conservan los coches y carrozas de tiro y guardanés del duque. En pabellón aparte se encuentra la jauría de perros de caza que emplea en sus monterías.

Hacia 1930, el palacio y sus alrededores pasaron a depender del Ministerio de la Gobernación. Tras la Guerra civil, pasó a ser hogar-escuela de Auxilio Social “Batalla del Jarama”. Al acto de inauguración, ocurrido oficialmente el 4 de noviembre de 1946 vino Dña. Carmen Polo de Franco y su hija. En la actualidad es utilizado con fines públicos y educativos y depende de la Comunidad de Madrid.

Casa del torero Paquito Muñoz

Paquito Muñoz vivió en la casa aledaña a la Fuente de la Salud, la cual fue construida a finales de los años 40 del Siglo XX por el famoso torero oriundo de Paracuellos. Esta enorme casa tiene unos magníficos enrejados castellanos en sus ventanas. En los años 80 fue vendida y reconvertida en Hostal y Restaurante, activo en la actualidad, quedando poco de los recuerdos del torero. 

 

Nuestro vecino consiguió triunfar en el difícil mundo de los toros. D. Francisco Muñoz Herreros nació en Paracuellos el 2 de septiembre de 1928. A los 12 años de edad mató su primer becerro en un festival celebrado en las fiestas patronales. En el mundo de los toros fue conocido por el sobrenombre de la eterna sonrisa. Torero, todo simpatía, de trato agradable, que siempre alternó con las figuras, puesto que él lo era. Como novillero se vistió de luces por primera vez el 21 de marzo de 1943 en Villafranca de los Barros, pero no haría su presentación en Las Ventas hasta tres años más tarde, el 12 de octubre de 1946.

Esta merecida fama le hizo incluso acree­dor de un pasodoble que lleva por título su nombre (qué, por cierto, se puede escuchar en YouTube), y la proliferación de peñas con su nombre por todo el país.  El 21 de enero de 1953 se casó en la iglesia de la Concepción de Madrid con Margarita Severino. Reapareció después de 10 años sin torear en la Plaza de Toros de Barcelona el 24 de junio de 1962. Durante la temporada de su retorno a los ruedos apenas pudo firmar ocho contratos, y se retiró definitivamente. Terminó su vida abruptamente el 12 de noviembre de 1977, al saltar desde el puente de San Martín de Toledo. Nos queda además del edificio donde vivió, el recuerdo de la eterna sonrisa que le acompañaba en todo momento.

Fuente de la Salud.

Conocida popularmente como la Fuente Seca, ha sido hasta la llegada del agua corriente a las casas, el único lugar del pueblo donde abastecerse para las necesidades diarias. Originariamente estaba ubicada a la misma altura que la carretera, en la denominada Plaza de la Ribera. Pero en 1904 quedó interrumpida la conducción de aguas debido al derrumbamiento y ruina natural de la fuente. 


 

La falta de agua provocó que los vecinos tuvieran que acarrear el líquido elemento desde otro manantial llamado de la Fuente Grande y que estaba situado en la zona del Lavadero, por ser el manantial más próximo al pueblo. Acarrear el agua desde un manantial situado fuera del pueblo y con una gran pendiente, suponía un trabajo muy duro y penoso. Es por esta razón que el Ayuntamiento el 17 de diciembre de 1906, con su Alcalde presidente a la cabeza D. Federico Mª Meco y Moratilla, aprobó en un pleno ordinario el proyecto del ingeniero de Caminos, Canales y Puertos D. Fernando González para la construcción de una tubería para dotar de agua a la villa. La obra tuvo su complejidad técnica pues se hubo de bajar la fuente de nivel, para que el agua llegase sin problemas desde el emplazamiento de origen, el manantial El Hondo que se encuentra en el camino de Ajalvir.  Para ello se ejecutó un proyecto de ingeniería hidráulica cuanto menos curioso, a base de sifones.

Después de un año de obras, el 9 de abril de 1908 tuvo lugar la inauguración de la fuente con la presencia de toda la corporación municipal, además del Ingeniero del Estado con su ayudante, Ingeniero de esta corporación y Autoridades del orden judicial y Eclesiástico, Maestros de las Escuelas Municipales de ambos sexos al frente de sus alumnos y gran número de personas, no solamente de esta villa sino de los pueblos inmediatos. En el discurso que pronunció el alcalde, agradeció el esfuerzo a todos los que habían colaborado en su construcción, muy especialmente a doña Antonia Herranz que había donado 2.500 pesetas. El Ayuntamiento aportó otras 2.500 pesetas, y las otras 2.000 pesetas que faltaban, las puso el señor Alcalde de su bolsillo llevado por el mismo generoso sentimiento de amor a su pueblo que la Señora Herranz.

A lo largo de los siguientes 70 años la fuente siguió siendo un punto clave para el abastecimiento del agua en Paracuellos. Incluso con la llegada del agua corriente a las casas, ya que regularmente el suministro fallaba y los vecinos tenían que volver para llenar sus recipientes. Pero con la llegada del enganche al agua del Canal de Isabel II la fuente quedó definitivamente en el olvido. Hasta que en el año 2011 el Ayuntamiento se acordó de ella y se le hizo una completa restauración, dándole algo del esplendor que tuvo en su día.

Cerro del Castillo de Paracuellos

               En las faldas del derruido Castillo de Paracuellos se encuentra enterrado el origen poblacional de nuestro municipio. Desgraciadamente solo se conserva la planta, pequeños restos de la torre lateral, partes del lienzo repartidas por su perímetro, así como un aljibe. 


 

               Este castillo se construye en época emiral, con la intención de servir en el sistema defensivo de la Marca Media ideado por Muhammad I de Córdoba entre los años 852-886. Las actuaciones arqueológicas en los alrededores sugieren que su construcción se produjo a mediados del siglo IX. Se eligió un cerro que sirve de protección natural para levantar el castillo, con unas condiciones defensivas, así como una excelente visión sobre el valle del Jarama. Su función era formar parte de las líneas defensivas junto a otros castillos y atalayas de la zona. Con sus 1200 metros cuadrados de planta podía albergar una guarnición.

               Los muros de la parte oriental estaban hechos de piedra sin labrar con relleno de cal y canto rodado, y los de la parte opuesta eran de piedra con un conglomerado calcáreo y se apoyaban sobre una zona escalonada. El lado Oeste sufrió una serie de reformas realizadas durante la larga posesión del castillo por la Orden de Santiago, mientras que los del lado Este y el Aljibe mantienen la primitiva obra andalusí. Es durante su pertenencia a los santiaguistas cuando se de dota de muralla y barbacana.

               Al castillo de Paracuellos también se le conoce como el de Malsobaco. El nombre puede hacer pensar que viene del mozárabe Manzil Al-subbaq “cerro, punto alto de observación, otero”, pero lo cierto es que hasta el siglo XVI no está citado como tal, por lo cual es lo más probable lo nombrasen así los paracuellenses de la época para describir el trato recibido por la Orden de Santiago, como “autoridad suprema mal ejercida”.

               Según algunos autores, la construcción musulmana posiblemente se asentó aprovechando alguna base o fortificación defensiva anterior, aunque sin concretar la época.

 

Esperamos que esta vuelta, sea fructífera.

Luis Yuste Ricote y Javier Nájera Martínez.

Cronistas Oficiales de Paracuellos de Jarama.

 

Bibliografía:

- GARCÍA CARMONA, A.; NÁJERA MARTÍNEZ, J.; RODRÍGUEZ MENDEZ, J. J.; YUSTE RICOTE, L.; CALVO ORIVE, N.; KRSTIC GIBERT, S. (2010): Encontrando a Paracuellos de Jarama. Ayuntamiento de Paracuellos de Jarama, Madrid.


- NÁJERA MARTÍNEZ, J.; YUSTE RICOTE, L. (2016): Historias de Paracuellos de Jarama. Ayuntamiento de Paracuellos de Jarama, Madrid.

 

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