Eduardo Martínez Vázquez (1886-1971), el gran pintor olvidado que vivió en Paracuellos.



Cuando hacemos el monótono y diario gesto de  abrir un grifo para obtener el líquido elemento de forma instantánea, no somos conscientes de la enorme suerte que tenemos. Porque  el agua en los hogares de los vecinos de Paracuellos es, desde hace unas pocas de décadas, una novedad.  Sin embargo, un espléndido y soleado  9 de abril de 1908 tuvo lugar la inauguración de la fuente de la Salud o fuente Seca, como la conoce la mayoría de los vecinos en la actualidad. La importancia de esta fuente radica en que era la única en el municipio que por ruina natural había quedado inservible en 1904. Por eso, después de cuatro largos años sin fuente teniendo los vecinos la penosa tarea diaria de transportar el agua desde manantiales alejados del pueblo, fue un día de fiesta para todo el pueblo. La importancia del momento nos lo confirma que al acto acudió toda corporación municipal, del ingeniero del Estado con su ayunte, Ingeniero de esta corporación y Autoridades de orden judicial y Eclesiástico, Maestros de la Escuelas Municipales de ambos sexos al frente de su alumnos y gran número de personas, no sólo de esta villa sino de pueblos inmediatos.


Foto de la inauguración de la Fuente de la Salud ocurrida el 9 de abril de 1908. En primer tér­mino y pegada al caño del agua a Dª Consue­lo Meco Herranz, a su derecha D. Federico Meco y Moratilla, su padre y Alcalde, Dª Ángela Herranz Ahijón, mujer del Alcalde, y Dª Antonia Herranz Ahijón, hermana de Ángela y genero­sa donante de fondos. Del resto de personas, sólo podemos identificar al cura párroco D. Juan José Alegre, en el centro de la imagen.

Terminado el acto, todos los invitados se trasladaron a casa del señor alcalde Don José María Meco y Moratilla donde fue servido un espléndido banquete por cortesía de su mujer. En mitad del banquete se pronunciaron algunos discursos. Uno de ellos lo pronunció el joven artista Don Eduardo Martínez Vázquez, que lo hizo con sentidos versos. Esto que contamos está recogido en un acta de un pleno municipal posterior del 12 de abril. Pero como en tantos momentos de la historia, esto que contamos fue olvidado por completo. Hasta que en el libro de Historias de Paracuellos nos hicimos eco de ello aportando también documentos  gráficos del momento. Y por una cuestión de la ingente cantidad del contenido del libro, que abarca toda la historia de Paracuellos desde sus orígenes prehistóricos, el dato del autor de esos sentidos versos fue ignorado por los autores, pensando que tal vez fuera un poeta autodidacta de los muchos que florecen en los pueblos rurales. Sin embargo, pasado un año de su publicación, el nombre del autor fue puesto con poca esperanza de encontrar nada en el buscador del Google y descubrimos que Eduardo Martínez Vázquez no fue un vecino más, sino un vecino ilustre de profesión pintor que vivió un tiempo con nosotros, ya que su padre fue medico de la localidad.


Foto del banquete celebrado después en casa del señor alcalde.

Pasó su infancia en las localidades de Miradilla (Badajoz) y Paracuellos. Su padre aconsejado por sus maestros, decidió que realizara estudios artísticos en Madrid. A los quince años ingresó en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando de Madrid, donde fue discípulo de Muñoz Degrain y compañero de estudios de Solana, Zuloaga, Vázquez Díaz, Fernando Álvarez de Sotomayor y Eugenio Hermoso. En 1915 obtuvo la segunda medalla en la Exposición Nacional de Bellas Artes con un cuadro titulado La plaza del Feudo y en 1924 la primera con su obra Las nieves del Cirbunal. A lo largo de su vida realizó gran número de exposiciones, tanto en España, como en el resto de Europa (Londres, París, Berlín Venecia, Bruselas) y América (Filadelfia, Pittsburg, Panamá, Buenos Aires, Rosario, Santiago de Chile, Montevideo).





En primer término sentado con bombín y bigote, el señor alcalde D. José María Meco y Moratilla. Justo detrás de él y con bigote un joven que dieciocho años después sería alcalde, Don Jesús Domínguez Muñoz y detrás de él aparece la figura emergente del pintor  Don Eduardo Martínez Vázquez


A partir de 1915 comenzó su actividad docente como profesor auxiliar de paisaje en la Escuela de Artes de San Fernando de Madrid, en 1939 fue nombrado catedrático interino de aire libre y en 1942 obtuvo por oposición la cátedra de paisaje.
Se mantuvo activo hasta 1955 en que hubo de renunciar a la pintura como consecuencia de un accidente cerebro vascular que le ocasiono una hemiplejia.
Fue miembro de la Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría de Sevilla, Bellas Artes de Segovia y San Fernando de Madrid.



La mayor parte de su obra que está expuesta en diversos museos como el Museo de Bellas Artes de Sevilla, consistió en la representación de paisajes y tipos populares, sobre todo de la Sierra de Gredos, pero también de Andalucía, Galicia, País Vasco y Marruecos. Se le conoció como "El pintor de Gredos" por la repetida y entusiasta plasmación en sus cuadros de las cumbres, majadas y valles de esta sierra.
Su hijo Rafael Martínez Díaz (1915-1991) fue también un pintor reconocido.


 El Zocato.

Bibliografía:


- NÁJERA MARTÍNEZ, J.; YUSTE RICOTE, L. : Historias de Paracuellos de Jarama. (2016)


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