Aniversario histórico
La Hermandad del Cristo de la Salud y San Nicolás de Bari está de aniversario, este año cumple nada más y nada menos que 270 años de actividad ininterrumpida. Está considerada como una de las más antiguas de la comarca.
Fue en 1751 cuando se formó en torno a veintisiete devotos vecinos que tuvieron que hacer un juramento de ingreso. Los cargos que ostenta la composición inicial de la cofradía fueron: hermano mayor, hermano protector, secretario y contador, tesorero, mayordomo de cera, enfermero, celador y muñidor. El tesorero de la cofradía certificó también la entrega de mil ochenta reales de vellón que todos los hermanos habían puesto a razón de cuarenta cada uno para el ingreso, dinero que se guardaban celosamente en el arca de tres llaves que se encontraba en la iglesia de santa Ana en el archivo y arca de San Nicolás, y que sólo podía abrirse al juntarse los poseedores de las llaves, denominados los claveros.
La finalidad más importante de esta cofradía fue el socorro a los hermanos y sus familiares. Podemos decir que actuaban como una mutua que permitían a quien estuviese en ella, tener la seguridad de que en caso de enfermedad o defunción del cofrade, así como de algún familiar en primer grado. Los cofrades se beneficiarían del auxilio del resto, no sólo monetarias sino también espirituales. Para ello diseñaron un sistema de ayudas mutuas, descrita en las ordenanzas, donde cada hermano tenía que pagar una cuota mensual, llamada Mesada, de dos reales de vellón. Aunque el sistema se hacía más complejo en caso de enfermedad del cofrade le impidiera cuidar sus cosechas o de fallecimiento.
Sólo podían entrar nuevos miembros en caso de fallecimiento de alguno de los hermanos. El tope máximo de cofrades se fijó en veintisiete, aunque esto no está del todo claro, ya que en un acta de 1817 eran treinta los hermanos y durante casi todo el siglo XX fueron treinta y tres. Es a partir de 1994 cuando se amplia a más de 40 hermanos, algunos incluso con residencia en otros municipios. Los candidatos que solicitaban entrar quedaban nombrados como supernumerarios y tenían que mantener una actitud cristiana intachable mientras esperaban su momento.
Es en estos años cuando se empiezan a organizar las fiestas patronales que hoy día conocemos en Paracuellos. No sabemos la manera exacta de lo que ocurrió pero podemos intuir que lo diversos procesos de desamortización de vienes eclesiásticos por parte del Estado, dejo muchas de las cofradías de Paracuellos fuera de juego y con ello se dejaron de celebrar sus funciones, que también eran consideradas como días de fiesta para el pueblo. Hay constancia que hasta entonces, el Corpus Christi era la fiesta principal del municipio que organizaba la Cofradía del Santísimo Sacramento. El empuje, crecimiento y poder de la Hermandad, sin duda fue decisivo para que se impusieran sus celebraciones como las principales del municipio. Se instauran por tanto, el primer día de pascua del Espíritu Santo.
También sabemos que en torno al año 1821, una vez que los Franciscanos Descalzos son obligados a abandonar su convento de Paracuellos, llamado de San Luis Obispo, la imagen de la Virgen de la Ribera que se veneraba en su capilla, fue trasladada a la iglesia de Santa Ana y su fiesta anual pasó a organizar la Hermandad. Desde entonces, se la conoce como Hermandad del Cristo de la Salud, la Virgen de la Ribera y San Nicolás de Bari.
Sin embargo, hemos de hacer una aclaración sobre el funcionamiento ininterrumpido de la Hermandad. Los vecinos siempre creímos la hermandad sobrevivió a las diversas desamortizaciones de bienes eclesiásticos, pero hemos descubierto en el Archivo Histórico Municipal, el acta de su disolución fechada el 23 de diciembre de 1841. Ese día al alcalde tuvo que pedir al hermano mayor que cumpliera con la ley: En el día de ayer se le había notificado por el Sr. Alcalde Constitucional y Secretario de su Ayuntamiento, una Real Orden de S. A. el Regente del Reino, relativa a que se disolviesen todas las Cofradias, y Congregaciones que se allasen fundadas en la Parroquia de esta Villa, su fecha dieciocho de Nobiembre anterior, y enterados acordaron que desde este día queda disuelta esta Congregación. Acto seguido, el secretario de la hermandad entregó el libro al señor alcalde para su archivo, como así lo establecía la orden. Lo que pasó después queda relegado al territorio de la especulación más absoluta, sin embargo, nos atrevemos a pensar lo que pudo pasar, porque lo que ocurrió en Paracuellos no fue un hecho aislado, pues sucedieron casos parecidos en todo el territorio nacional. Lo más probable es que algunos hermanos a título personal, llevados por su devoción, siguieran pagando de su bolsillo estas celebraciones. Incluso hubo cofradías que se mantuvieron en la sombra hasta que la situación se revocó quince años después. Para entonces, muchas habían dejado de existir para siempre, y sólo unas pocas como la nuestra, volviera a retomar su actividad.
En cualquier caso, la Hermandad ha conseguido llegar hasta nuestros días, no sin ciertos vaivenes, gracias a la devoción de los paracuellenses y el deseo de muchos de pertenecer a ella, bien por tradición, bien por convicción o bien por el estatus social que supone. Probablemente el peor momento de la Hermandad después de su disolución de 1841, llegó un mes antes de estallar la Guerra Civil. El 18 de mayo de 1936 se reunieron 12 hermanos y en un ambiente de temor, acordaron: Por mayoría que dadas las circunstancias que atravesamos y las desgracias que venimos viendo que ocurren en otros sitios por contra de las funciones religiosas, (acordamos) suspender dichas fiestas hasta que se pueda celebrar y las circunstancias lo permitan. Y la guerra no lo permitió hasta que el 27 de abril de 1940, tras reunirse 8 hermanos, decidieron celebrar solamente las misas: y no poder hacer más porque somos muy pocos y no tenemos fondos (…) siendo forzoso a todo congregante confesar y comulgar en día de Pascua, y el que no lo haga será expulsado de esta congregación.
Hay varias curiosidades que encontramos de los libros de la hermandad, por ejemplo, que todas sus actas empiezan con la frase: Ave María Purísima. Las cuotas, son un reflejo del cambio del sistema monetario en nuestro país, y se ve su variación en estas, yendo desde los 24 reales de vellón de 1751, 40 reales en 1881, 5 pesetas en 1890, 10 pesetas en 1904, 15 pesetas en 1936, 3 pesetas en 1980, hasta los 100 € de la actualidad. Además de la colaboración monetaria constante en muchos de los gastos de la iglesia, también ha donado parte de sus recursos a ayudas humanitarias y culturales, como los 3.000€ en 2002, los 1.500 € para lo ONG Pan y Vida; o los 1.500 € para el montaje de la obra de teatro La Pasión y Muerte en 2006. La última de las cuestiones que se han planteado en las juntas de la Hermandad, es una que ha levantado cierta polémica, y no es otra que el ingreso de las mujeres.
En 1994 los estatutos de la cofradía fueron modificados por el obispo de Alcalá de Henares D. Monseñor Ureña Pastor que quiso adaptarla a la nueva realidad, cambiando sus objetivos iniciales de ayuda y protección a los hermanos. Desde entonces está considerada como Asociación Promotora de la Fe Cristina, aunque mantiene vivas todas sus tradiciones. También desde 2009 la banda de la Brigada Paracaidista acompaña a la procesión en las fiesta patronales junto a la Hermandad, que en estos últimos años, a parte del colgante, la medalla y los motetes tradicionales, incorpora la capa castellana como accesorio.
Javier Nájera Martínez y Luis Yuste Ricote.
Cronistas oficiales de Paracuellos de Jarama.
Bibliografía:
- NÁJERA MARTÍNEZ, J.; YUSTE RICOTE, L. (2016): Historias de Paracuellos de Jarama. Ayuntamiento de Paracuellos de Jarama. Madrid.
- Archivo de la Hermandad del Cristo de la Salud de Paracuellos de Jarama (Madrid). Ordenanzas de la muy devota y humilde congregación del Smo. Christo de la Salud, y San Nicolás de Bari, sita en la iglesia parroquial de San Vicente Mártir de la Villa de Paracuellos. 1791.
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