Enfermedades comunes en el siglo XIX

Cuando emprendimos el camino para  descubrir la olvidada historia de Paracuellos, nunca pensamos en llegar tan lejos. No estábamos seguros si quiera que las historias  tuvieran algún interés para los vecinos. Pero por suerte, a  medida que pasaban los años y avanzábamos en la lectura y compresión de cientos de documentos, vimos que daba para hacer un interesante y extenso libro de historia que vio la luz en el año 2017. Y donde se contaban historias completas pero también historias parciales, en función de la información que hemos podido recabar. También nos aventuramos a hacer hipótesis sobre algunos temas porque disponemos de indicios pero ningún documento que abalase nuestros argumentos, por eso lo dejamos simplemente en hipótesis más probables. 

Una de ellas era el topónimo “eras de Chamberí”  que hacía referencia a un territorio que abarca desde el parque del Chusquillo(calle Ronda de la Fuente) todo el lateral derecho hacia el barranco y llega hasta el colegio público Virgen de la Ribera. Aunque hoy están completamente edificadas y sólo se conserva una calle con el nombre. Estábamos seguros de que al igual que el barrio madrileño de Chamberí donde está probado que se asentó un destacamento francés de la región de Chambery durante la ocupación de Madrid por las tropas de Napoleón durante la llamada Guerra de la Independencia, nuestras eras de Chamberítenían que ser de origen francés, bien por un vecino galo con ese apellido, o bien por la ocupación total o parcial en alguna guerra o época. Nos aventuramos a pensar, como la hipótesis más probable, que fuera durante la guerra contra el invasor francés porque sabíamos de la existencia de destacamentos en los alrededores de Madrid cuyo objetivo era el control de las rutas y caminos, vitales para el suministro de sus tropas. Y así lo pusimos en el libro. Pero cuando ya estaba listo para su impresión, encontramos un libro editado sólo en Francia que hablaba de la posición de destacamentos franceses en algunos pueblos, entre ellos Paracuellos. Además no esteramos que era del Cuerpo de Dragones de su caballería. Dato que incluimos en el libro “a calzador” y sin modificar su maquetación en un par de renglones. Nos quedamos enteramente satisfechos porque se demostraba que ahí había estado nada más y nada menos un destacamento el tiempo suficiente para que los vecinos pasasen a denominar aquel sitio con ese nombre y que perdurase hasta nuestros días. 
Así hasta que hace unos días, que buscando (en realidad nuca hemos dejado de hacerlo) apareció ante nuestros ojos un sorprendente documento, fechado el 11 de agosto de 1811, que habla sobre la solicitud que hace un Comandante francés llamado Bremont, a las autoridades municipales para que elaboren un listado con todas las enfermedades que padecen o han padecido los vecinos, debido a que parte de sus tropas acampadas en la localidad han contraído enfermedades. Sabemos que la preocupación de lo mandos militares por las enfermedades de sus tropas siempre han sido en todas las guerras un verdadero problema, hasta el punto que en la mayoría de ellas causan más bajas que la propia guerra. Por eso, este comandante que se encuentra hospedado en la posada de la villa, decide tomar cartas en el asunto y manda al  alcalde una carta con esta cometido. Lo que quedó reflejado, nos ilustra sobre dos cosas, una: que afectivamente, hubo tal destacamento y que su comandante se preocupó mucho por el contagio de sus soldados. Y dos: nos enteramos de paso de las enfermedades que padecían los vecinos,  sus remedios, que encontramos de lo más curioso y  que damos cuenta a continuación…

El estudio que manejamos resume lo que padecen los malsobaqueños durante los 15 años anteriores a 1811, escrito por el Cirujano de la Villa de Paracuellos D. Julián de Ávila. Son varias las enfermedades más comunes y los remedios aplicados para tratar, y la solución para paliar estas. 
La primera que encontramos es el la fiebre intermitente, que lo achaca al agua pantanos y putrefacta, que al respirarla temprano por la mañana, la putrefacción entra en ellos y les produce las fiebres. Su tratamiento con quina, les remite tal malestar. Estamos claramente ante casos de Malaria o Paludismo, que se palia con el tratamiento con quina, sales neutras y carbonantes, que en ese momento se le llamaban fiebres terciarias, sin saber que el causante de la enfermedad era un parásito del genero Plasmodium. La primera vez que se identificó el protozoo causante de la enfermedad fue en el año 1880, nada más y nada menos que 70 años después del escrito que nos traemos entre manos.
Sigue el documento con el cólico y paracólico, que lo achaca directamente a la mala costumbre paracuellense de desayunar Pepinos y Queso, y luego llenar el estomago con abundante agua. En este caso un tratamiento con: éter vitrioso y una infusión de opiáceos, eso si, acorde con el tamaño del individuo a tratar. En este caso lo recomendado es cambiar el beber tanta agua por aguardiente o vino.
Están también descritos varios procesos catarrales y fiebres, especialmente en otoño. Estos procesos lo achaca a la situación geográfica del municipio, el cual goza de una altura superior, rodeado de barrancos y arroyos. El tratamiento es a base de humedecer mucho al enfermo, que parece que les va bien a los vecinos para esta dolencia.
Por último aparece la Viruela, enfermedad infecciosa muy grabe que ha sido erradicada del planeta en 1977, gracias a las campañas de vacunación de los últimos dos siglos. En 1796 el inglés Edward Jenner se da cuenta , que las personas que estaban en contacto con las vacas estaban protegidas de viruela de forma natural. Realiza entonces un experimento, raspa en un brazo de un niño de ocho años con el material extraído de las pústulas de viruela de vaca, consiguiendo la inmunidad del chico. Comienza así la era de la vacunación. Vemos en el documento que traemos entre manos, que en Paracuellos, el Dr. Julián de Ávila, comenta que ese 1811 hay una epidemia de viruela, en el  que veinte niños no vacunados con la linfa, son atacados por la enfermedad de forma brutal. Entonces a partir de una póstula de su hija, de brazo a brazo, comienza una vacunación que salva de la catástrofe a setenta niños. Es la primera vacunación documentada en nuestro municipio, y tan solo quince años después de su descubrimiento. 

Javier Nájera Martínez y Luis Yuste Ricote.
Cronistas Oficiales de Paracuellos de Jarama.
Bibliografía:
-  VV.AA. (1811): Sobre las enfermedades que más comúnmente reinan en la villa de Paracuellos de Jarama.

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