Cooperación
El día 16
de marzo de 1920, hace exactamente 100 años, se fundó la primera Cooperativa Popular de Paracuellos de
Jarama. Sus dos objetivos más importantes, se basaron, por un lado: proporcionar a los asociados y sus familias
los artículos de primera necesidad (…) y por otro: favorecer los intereses morales y materiales de sus
socios. Para entender un poco lo que significó para nuestro
pueblo la creación de esta cooperativa de
cooperación y mutualidad, como se define en sus estatutos, hay que poner en
valor el auge del cooperativismo en la España de principios de siglo XX. La conciencia
en las clases más bajas y pobres que veían como, en la economía capitalista, el
provecho y el poder económico era para los propietarios del capital, creando
frustración y pobreza que se traducía en una falta total de oportunidades de
mejora social y económica.
La valentía de
los que emprendieron su constitución fue total, porque se atrevieron a romper
con el poder establecido de la clase más pudientes, las cuales, acaparaban todo
el poder económico, siendo los iniciadores: D. León García, D. Felipe Juana y
D. Esteban García. De León García Bernardo sabemos que era miembro de una larga
familia local, afiliado a UGT y al Partido Socialista, de profesión Ingeniero
Agrónomo. Por su parte, Esteban García en algún periodo fue secretario del
Ayuntamiento. Pero no tenemos datos del tercer “iniciador”, Felipe Juana.
Por primera
vez en Paracuellos, se crea un instrumento muy útil para que el trabajo esté al
servicio de los intereses de sus miembros, que son los dueños de ella, no en
razón de su aporte en capitales, sino por ser usuarios. Se aboga por la dignidad
del hombre, pues estos no son instrumentos que se utilicen
para aumentar las ganancias como ocurre en las empresas con fines de lucro. Por la solidaridad, como unión de
esfuerzos y acción colectiva, que
permite la complementación en la división del trabajo y la buena coordinación de
las contribuciones. Y por último, por la Justicia distributiva, es decir, igual precio de venta
o de compra para todos. También igual salario para todos. Esto significa
una elevación de la igualdad y dignidad fundamental de todos los hombres
y esto crea un fuerte sentimiento de solidaridad. El éxito de esta propuesta de
mejora a través de esta Cooperativa fue total, pues en el libro de registro de
socios aparece una anotación a mano que dice: El número del Censo de Cooperadores hasta el 24 de Julio es de 876
individuos. Es decir, prácticamente
la totalidad del pueblo.
Por tanto, nos
queda claro que esta cooperativa no fue un instrumento político al servicio de
la lucha de clases, para la derrota de la oligarquía municipal. Fue un
instrumento de mejora de los más desfavorecidos en la que todos participaron de
alguna manera, incluida la
Iglesia que veía con buenos ojos la formación de estas
asociaciones.
Como hemos comentado, el día 16 de marzo de 1920 se
aprobó un reglamento compuesto por 36 artículos y 23 páginas. Basada en la
unión de los agricultores y ganaderos de Paracuellos poder comercializar y vender
sus productos de forma más eficaz, obteniendo así un reparto justo entre todos.
Tenían una tienda de comestibles en el municipio en la que se vendían los
frutos de su trabajo en el campo, como pimientos, tomates, repollos,
membrillos, berenjenas, acelgas, escarolas, calabacines, patatas, leche, etc.
El artículo 1°
del reglamento, trataba de los fines de la Cooperativa:
Se crea con la denominación de (Cooperativa
Popular de Paracuellos de Jarama), una Sociedad de cooperación y mutualidad con
el objeto de proporcionar a los asociados y sus familias los artículos de
primera necesidad, incluida la elaboración del pan sin adulteración alguna en
la calidad, con la mayor exactitud en peso y medida y con la posible economía
en el precio. Además favorecerá los intereses morales y materiales de sus
socios. Esta Sociedad será de duración indefinida y tendrá su domicilio en esta
Villa, calle
Atarre número 15.
No teniendo esta Sociedad más objeto que el
mejoramiento moral y material de sus asociados, careciendo en absoluto de
carácter político y religioso y estimando que los asociados fuera del seno de la Sociedad son libres de
defender las ideas que estimen conveniente a sus convicciones o intereses
particulares, quedan prohibidas en las Juntas directiva y general las
discusiones político-religiosas.
La Cooperativa Popular
de Consumo fue un éxito desde el momento de su fundación, pues en ella cabían
gentes de todas las ideologías, y así se refleja en el libro de registro de socios.
Naturalmente, el grueso de los socios que constaban el libro eran obreros del
campo, pajeros, hortelanos, pequeños colonos, pastores, amas de casa, peones
camineros, algún empleado, obreros manuales y hasta un tranviario. Incluso en
1923 aparecían registrados como socios los maestros D. Francisco Puerta y Dª. Escolástica
Riera Chico. Posteriormente, aparecía también D. Manuel Valverde Nieto,
médico del pueblo. No aparece en cambio, el cura párroco de la localidad, que
según los estatutos tenía reconocida voz en las deliberaciones de la junta
directiva.
Había dos
formas de pertenecer a la cooperativa: como socio numerario o como socio
protector. Los numerarios, tenían que ser los mayores de 20 años o jefes de
familia, si no tenían la edad. Por su parte, los protectores eran los que hacían
donativos de más de 25 pesetas, los que pagaban las cuotas a vecinos más pobres
y los que contribuían con su dinero al fomento moral y material de la sociedad.
El capital social de la
Cooperativa se organizó mediante la compra de los
cooperativistas de títulos obligatorios (autodenominados serie A) por valor de
15 pesetas, y voluntarios (serie B) por importe de 25 pesetas.
La cooperativa
estuvo en funcionamiento hasta finales de 1936 momento en el que cesa su
actividad debido a la instauración de una economía de guerra, la incautación de
tierras, la creación de colectividades marxistas, unido a la persecución y
huida de los vecinos con ideas políticas diferentes. Después de la Guerra Civil
Española, la Cooperativa no sigue funcionando, en parte por la más que
considerable merma de cosechas y ganado, que hicieron necesaria la aparición de
los cupones de racionamiento; en parte, pues los últimos dirigentes fueron destacados
miembros republicanos, que durante la contienda usaron la iglesia como establo
y la casa del cura como despacho de comestibles, siendo su consecuencia la
encarcelación, asesinato y en el mejor de los casos el exilio.
Javier Nájera Martínez y Luis
Yuste Ricote.
Cronistas Oficiales de
Paracuellos de Jarama.
Bibliografía:
-
GARCÍA CARMONA, A.; NÁJERA MARTÍNEZ, J.; RODRÍGUEZ MENDEZ, J. J.; YUSTE RICOTE,
L.; CALVO ORIVE, N.; KRSTIC GIBERT, S., (2010): Encontrando a
Paracuellos de Jarama. Ayuntamiento de Paracuellos de Jarama.
-
LASARRE, G. (1997): Vida cooperativa y moral cooperativa. Revista de Idelcoop.
Vol. 4, Nº 15.
-
NÁJERA, J.; YUSTE, L. (2016): Historias de Paracuellos de Jarama.
Ayuntamiento de Paracuellos de Jarama. Madrid.
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